Somos una comunidad de vecinos, hijos e hijas, descendientes y amigos del municipio Aricagua del Estado Mérida Venezuela, sobre la territorialidad "Pueblos del Sur Merideños", que desde diferentes lugares geográficos y culturales, nos convocamos para la construcción de la Antología Cultural "Aricagua ¡Así la recuerdo!", como obra colectiva de iniciativa propia, orientada a resaltar, visibilizar y cuidar nuestro acervo y patrimonio cultural.
Bienvenid@, siga adelante y forma parte de nuestra propuesta
Coordinación General
M. Plaza de Arikawa
Coordinador Promotor
Lcdo. en Educación y Teología. Maestro docente en diferentes programas educativos de Venezuela, escuelas de Fe y Alegría y del Ministerio de Educación.
Actualmente residenciado en la ciudad de León, Guanajuato - México, en donde se desempeña como educador en el Centro Comunitario Teresiano, y promotor comunitario del Centro Comunidad la FONTE, desde el paradigma de la Educación Comunitaria.
Su hacer educativo lo ha acompañado con sus dotes artístico como músico, compositor y escritor, apegado siempre a la cultura popular y religado a la opción fundamental por los pobres y vulnerados de esta historia humana.
Hola soy Maro Plaza Escalona. Por conexión vital y existencial a mi origen campesino de raigambre ancestral-originaria, con la conciencia de mis cincuenta años para acá, me he autodefinido con el nombre artístico literario "El Muku Plaza de Arikawa".
Nací en las adjuntas de las aldeas Buenos Aires y Hato Viejo , la madrugada de un 15 de enero del año '66.
Sobre las tantas caminatas de mi vida he llevado en el recuerdo, hecho memoria, la matriz cultural de mi terruño y de mi gente, la Aricagua del Sur merideño, la de los andes venezolanos. Esa que se me ha revelado en mis últimos pasos como el "alma aricagüense", convocándome hacia la encarnación del Verbo en una viva y genuina "aricagüenidad".
Es así como en éxtasis se me vino la idea de seguir convocando a otros, a otras, a dejar plasmado en letras, imágenes y sonidos todo ese acervo geo-histórico, cultural y espiritual que llevamos dentro, por el hecho de haber nacido, vivido o simplemente conocido a la Aricagua andina.
Soy el disposicionero e inventor de esta idea que estamos presentando, sobre la construcción de la Antología Cultural "Aricagua ¡Así la recuerdo!".
Sean bienvenidas y bienvenidos las y los inventores, creadores y dispocisioneros a caminar por estas picas por donde la vida se traduce en recuerdos, los recuerdos en memoria y la memoria en conciencia histórica; entonces, es cuando hablamos de cultura y, por sinónimo, de Aricagua, aquel rincón apartado y encantado por la misma madre naturaleza para hacerla cuna de mujeres bellas y de hombres nobles, floresta de orquídeas nazarenas y aroma de café afrodisiaco.
Betilde Dugarte Peña
Coordinadora Promotora
Lcda. en Educación Integral, Magister en Gerencia Educativa.
Docente jubilada.
Actualmente está residenciada en el piedemonte barinés entre las inmediaciones de los ríos Caparo y el Uribante. Desde allí fomenta el quehacer cultural unido a las labores de la producción agrícola y ganadera.
(ARICAGUA, 1970)
Escuelas, comunidades, barbechos, potreros, caminos, ríos, laderas y llanuras han sido los grandes escenarios en los que Betilde ha ido conjuntando los diversos ingredientes con los que se amalgama la cultura de los pueblos.
Su desempeño docente lo ejerció en las instituciones: Unidad Educativa Bolivariana Campo Elías y Unidad Educativa Bolivariana Francisco Uzcátegui Dávila del Municipio Aricagua, donde conjugó su hacer educativo con la promoción cultural haciendo énfasis en el rescate de las tradiciones y costumbres del terruño que la vio nacer.
Laboró 12 años en la Alcaldía del Municipio Aricagua del Estado Mérida donde se destacó en diferentes áreas de servicio, como promotora de Desarrollo Agropecuario, Gestión Comunal y Participación Ciudadana, promotora de Desarrollo turístico, Promotora y hacedora Cultural, desde la que impulsó la organización y ejecución de importantes eventos culturales como el Festival de Música Criolla y Campesina en la categoría de "Orquídea de Oro", la Serenata al Santo Cristo de Aricagua, la organización de agrupaciones de danza y teatro, exposición artesanal, escenificación de la pasión y muerte de Jesús (viacrusis viviente), entre otras actividades que son memoria cultural y patrimonial del municipio, donde reposa inquieta y majestuosa nuestra genuina "alma aricagüense".
Autora del Himno del municipio Aricagua y como tal fue condecorada con la Orden José Eustorgio Rivas.
Gil Antonio (Tony) Escalona Pérez
Coordinador Promotor
Lcdo. en Educación, mención Geografía e Historia. Autodidacta músico, compositor y cantante.
Cuenta cuentos y escritor de mentiras que pueden ser verdades.
Cultivador y defensor de la cultura folklórica y popular de nuestros pueblos.
Residenciado en la población llanera barinesa de El Corozo, donde se desempeña como trabajador bancario y al desarrollo de la cultura popular andina-llanera.
Les saluda GIL ANTONIO ESCALONA PÉREZ, conocido desde muy pequeño como TONY; esto se debe a las influencias de las emisoras de radio, cuando en sus programas de entonces colocaban las rancheras y corridos del hoy desaparecido don Antonio Tony Aguilar, cantante mexicano.
Acompañado del frío, la neblina, la sombras de los cínaros y guamos, en una casota de teja con paredes de tapia y techos de teja, cuna de los Escalonas, nace este servidor; hijo de Homero Antonio Escalona e Ismelda Pérez.
En Hato Viejo, cuna de nuestros Ancestros y cobijado por las caudalosas aguas de la quebrada del Cardón vine al mundo un primero de agosto de 1970, para formar la familia junto con mis hermanos Edgar Antonio (+) Yonel, Rigoberto y Yohedmy. Fui asentado con el nombre Gil Antonio, en memoria de mi abuelo paterno, hombre legendario, dedicado a las faenas del campo y a la música tocando y cantando paraduras, bailes, matrimonios y otros eventos importantes como las fiestas patronales de nuestro pueblo.
Los primeros pasos los di al lado de mis padres, demostrando desde niño un talento especial en el canto y en la música. A los cinco años nos mudamos al pueblo de Aricagua, en donde en sus lindas y hermosas calles cantaba. Sonia Hernández me acompañaba con el cuatro y la gente me recompensaba con metras y tal cual medio; mis canciones más solicitadas eran el " Chivito mamando" y "un lunes por la mañana" de la cual supe más tarde que su nombre original era Fiesta En Elorza; canción que inmortalizó a don Eneas Perdomo como cantante de música llanera.
A los siete años comencé mi primer grado inaugurando las nuevas instalaciones de la escuela Francisco Uzcátegui Dávila. Doña Edilia Toro fue mi primera maestra a quien recuerdo con mucho cariño y quien me enseñó a leer y escribir.
A los nueve años ingresé como monaguillo junto a Tulio Ermides Dugarte, hijo de Doña Lola y Lubín Dugarte, siendo párroco el presbítero Santos Martín de la Mata, ocasión en la que iba despertando en mí la vocación sacerdotal. Así que cuando terminé el ciclo básico o la primaria, no había otra opción en Aricagua para seguir los estudios, había que salir a Mérida. Entonces tuve la oportunidad de ingresar al Seminario Arquidiocesano San Buenaventura, donde logré obtener el título de Bachiller. Fue una experiencia maravillosa, pero la inquietud de estar en mi pueblo me hizo desertar.
Era 1990 y en Venezuela se estaba llevando a cabo el censo nacional y fui contratado para ejercer el cargo de coordinador de los empadronadores. Terminada la jornada ingresé como secretario de Hacienda en la Alcaldía Municipal siendo alcalde Ramón Temístocles Pena.
La música y el canto han caminado conmigo desde siempre, cuestión que motivó a las autoridades educativas de Aricagua para que ejerciera el cargo como instructor de música en las escuelas integrales, específicamente en la Escuela Básica Francisco Uzcátegui Dávila. En ese ir y venir mis padres tomaron la decisión de emigrar, y motivo a eso tuve que renunciar siguiendo el paso de mis viejos hasta Barinas. Ya son 25 años en estas tierras barinesas, aprendiendo las faenas del Llano; me apasiona la pesca tirando anzuelo en todos esos ríos.
Pensativo y cabizbajo como dice el cazador novato, las cosas no marchaban bien, pero en una parranda me consigo a Miguel Osorio, pariente amigo y paisano de Hato Viejo, quien me dijo que necesitaba un encargado para su finca, y sin escatimar fuerzas le dije “yo mismo soy”. La amistad y el cariño de don Miguel siguió siempre se mantuvo y después de retirarme como encargado de su finca, él mismo me puso en contacto con el gerente de una entidad bancaria dónde serví durante 22 años. Allí aproveché la oportunidad para estudiar y prepararme, así que en el año 2008 estaba recibiendo el título de Licenciado en Educación mención Geografía e Historia, en la UNELLEZ de Barinas.
El nombre de Aricagua lo llevo muy en alto, aquí me han catalogado como compositor y cantante, grabando mi primera producción discográfica en el 2021. La fe en el Santo Cristo de Aricagua es algo incondicional en mi vida y a quien le he escrito dos temas que se los he cantado en su Santuario, en cada serenata, todos los 06 de agosto.
En Barinas, la fe y la devoción al Santo Niño me han llevado a diferentes lugares, a cantar los versos y el rosario, inculcando en sus habitantes nuestras costumbres Aricagüenses.
A través del grupo wasap “Hij@s de Aricagua”, por mis cuentos, anécdotas y escritos me han dado el nombre literario completo de Tony el Cuentacuentos, porque en todo esto siempre uno se encuentra con la disyuntiva de que existen mentiras que pueden ser verdades.
Tarcisio Sosa Pérez
Coordinador Promotor
Ing. Forestal por la ULA, Mérida.
Entusiasta lector de libros y "escribidor" de páginas de la vida.
Lo que le hace acreedor de ser una memoria viviente y testigo de muchas otras historias de vida, tiempos, toponimias, costumbres, creencias, hitos, cuentos, leyendas... de Aricagua y parte de la territorialidad andina de Los Pueblos del Sur merideños.
Con residencia actual en la ciudad capital de Caracas, desde donde, y con sus ojos biónicos y cámara viajera, monitorea palmo a palmo los devenires de la cultura aricagüense en sus tres tiempos, antier, ayer y hoy.
De “escribidor sin oficio y de pendejadas, a "escribidor" de memorias históricas para la conciencia de su pueblo”
Cuando me preguntan por mis datos, siempre les comento que cuando nací, yo estaba muy chiquito y casi que no me acuerdo ¡pero eso debe ser mucho tiempo!. En aquellos días, según dicen, que era "cuando hablaban las enjalmas, parece que todavía volaban las brujas y los espantos andaban libres".
El padre Bohanerges Uzcátegui regía la batuta como párroco en nuestro pueblo. Vivíamos muy lejos, es la parte más remota de la aldea Hato Viejo, en el sector Colombia, donde los maleteros de la hermana República reposaban su larga travesía, por allá en la década del 60.
Cuando vine al mundo no recuerdo bien, pero según cuenta la generación anterior, fue de la mano de la partera “Ñoa Gelipa”, al principio de un frio diciembre, y llegué apurado para ayudar con los almácigos para adornar el pesebre.
De la familia..., pues recuerdo que en ese tiempo éramos pocos, porque soy el mayor de 9 hermanos. Y según mi papá no había vacas porque no había quien las ordeñara, pero después descubrí que era que no las teníamos. Al tiempo fui dilucidando el sentido de las cosas y me percaté que cada año llegaba un hermano nuevo, y a muy temprana edad, mi madre, por voluntad divina emigró a la eternidad, y ahí si fue que entendimos lo que "rasca el fique".
Me llevaron a Mocomboquito a la gloriosa Escuela Estadal N° 10, a cursar hasta Tercer Grado; egresando con una suficiente formación básica para defenderme en la vida, ya que era capaz de hacer operaciones matemáticas por "cualquier número de cifras" y regresar al Hato Viejo listo para convertirme en “estarjero”. Pero solo llegué a la mitad de mi primer estarje, cuando tras la visita de un pariente que planteó la posibilidad de ficharme y llevarme a Mérida a fungir de mandadero en una residencia turística, a cambio de que me suministrarían techo, alimento y facilidades para estudiar.
Ahí cambió el rumbo de mi vida, guardé un charapo mocho, el pertrecho y las busacas. Me dispuse a cursar estudios en Mérida, a partir de cuarto grado. Fueron los tiempos de la construcción de la Plaza de toros Monumental de Mérida, y marcó además la fecha de mi debut como cotufero estrella en su inauguración, acompañando de trasfondo un cartel taurino histórico y de ensueño: Palomo Linares, Curro Girón, entre muchos otros.
En esa época, a partir de las vivencias de "un ingenuo pata en el suelo", surgieron hermosas fábulas a raíz de la interpretación del choque de vida y costumbres en la ciudad; y que en un futuro se transformaron en cuentos como: se hacen llaves al minuto, la flauta, etc.
En los años siguientes cursaría estudios en la antigua escuela Técnica, El Libertador, en mi formación de bachillerato. Luego estuve prestado por dos años en el área docente en Timotes, Chachopo, etc., hasta que mi sueño y objetivo de entrar a la Universidad me obligó a regresar a Mérida, no sin antes pasar por muchas facetas como taxista, viajero, comerciante y múltiples oficios de disfrute y aprendizaje personal. Pero siempre, al final de cada periodo terminaba mis trotes y correrías en Colombia, Hato Viejo.
Resumiendo, para ser precisos, en no sé dónde, tampoco me acuerdo cuando, participé en numerosos cursos y área de formación universitaria, ambiental, zoología, para finalmente recibirme de Ingeniero Forestal en la ULA, en no me acuerdo cuál año.
Después emigré y viajé por muchos sitios dentro y fuera del país, incluyendo Hato Viejo, Pueblo Viejo y Buenos Aires. Mi servicio profesional lo he ejercido, principalmente en Caracas y en el interior del país, en el área ambiental, urbanística, construcción, remodelaciones, en movimientos de tierra y muchos otros oficios del ramo. Participé en reforestaciones, cultivos de no me acuerdo, mejoras de fincas asesoramiento múltiples, etc., etc.
A la postre de otras vivencias, tras la visita del Santo Padre a Mérida, acepté una propuesta para trasladarme por dos meses a Caracas y, qué raro, por cosas del destino se me prolongó un poco mi estadía hasta el punto de que allí sigo y sin saber cuándo regresar ...
Accidentalmente mi afición por la lectura y después de numerosos relatos que me marcaron, dejando huellas, me han ido convirtiendo en un “escribidor sin oficio de pendejadas”. Pero la esencia ha sido el afán por difundir lo nuestro, tanto en ideas innovadoras como los hechos históricos.
Y ahora en la era informática y mundo de las redes nos encontramos con grupos de paisanos en el exilio, que al interactuar hemos puesto sobre el tapete la necesidad de desempolvar temas descuidados u olvidados que despiertan el interés y la necesidad de que se difundan para conocer nuestro pasado y raíces. Y en eso estamos dispuestos a colocar un grano de arena, como bien es el caso.
Equipo Técnico y de Apoyo
Comunidad Participante