Aricagua en tres tiempos
Aricagua de antier
Aricagua de ayer
Aricagua de hoy
Foto: autor desconocido.
Fuente: Grupo WhatsApp "Hij@s de Aricagua"
Fecha: enero de 2024
Es uno de los tramos carreteros más emblemático de la vía principal que empalma al municipio Aricagua con la ciudad capital Mérida. Se ubica en las localidades de la parroquia el Morro, perteneciente al municipio Campo Elías, con la ciudad capital de Ejido.
Su nombre se debe a la aldea La Cabrera de la parroquia de El Morro, caracterizado por presentar una geografía montañosa y árida. Al fondo, a la derecha, el río Nuestra Señora, a la izquierda la quebrada Mucusurú, y al frente el camino carretero hacia el poblado de Acequias.
Laguna de Mucuchapí
Foto: Betilde Dugarte.
Fuente: Grupo WhatsApp "Hij@s de Aricagua"
Fecha: noviembre de 2023
Ubicada en la aldea Mucuchapí. Muchos de los descendientes del municipio Aricagua desconocen la existencia de este patrimonio natural.
Las lagunas en todo el territorio andino merideño y en específico en Aricagua, desde la antigüedad ancestral originaria, guardan en sí mismo un sentido mistérico de significación cosmogónica; es decir que una laguna para el andino mukario aricagüense, tiene una esencialidad anímica que la hace ser un ente vivo en toda su expresión, más allá de la vitalidad natural. Una laguna es un lugar habitado por un "espíritu", tanto tangible por su caudal de aguas, como intangible por los seres "encantados" y encantadores que la cohabitan; de ahí que se hable con mucha naturalidad y con plena seguridad de "El Encanto" de la Laguna. Y, por tal motivo, que en torno a una laguna existan cualquier tipo de mitos y leyendas que se entrelazan con las vivencias reales de la vida de los pobladores.
¿Qué recuerdas tú de los encantos y espíritus de las lagunas?
Foto: Betilde Dugarte.
Fuente: Grupo WhatsApp "Hij@s de Aricagua"
Fecha: noviembre de 2023
La Laguna de Mucuchapí, es la única laguna de origen natural y ancestral que queda en el municipio Aricagua; su "Encanto" se resiste a morir. Es una sobreviviente del cambio climático a causa de la acción humana que en la mayoría de las veces no es muy amigable con los "Encantos" o "espíritus" guardianes de la vida.
Mirar la Laguna de Mucuchapí nos trae a la memoria que en un pasado no muy lejano existieron otras lagunas sobre el territorio aricagüense y que al final del siglo pasado, o bien se mudaron o se murieron de tristeza y pena, al ver sus montañas y humedales aniquilados por las talas indiscriminadas, sin control, sin conciencia y sin leyes.
Así como hoy seguimos apreciando con mucha preocupación, pena y miedo, esos dos desgarrones sobre los pies de la Laguna de Mucuchachí, como un augurio doloroso que nos avista que de seguir la crisis climática, con esos grandes desequilibrios entre sequías y torrenciales, en un futuro no muy lejano su "Encanto" se mudará para siempre.
Hato Viejo
El Ancestral Valle de la Mukuy
Decir Hato Viejo es evocar una pregunta o mejor dos en una: ¿Por qué "Hato" y por qué "Viejo"? Si uno está en el lugar, entonces, toca que señalar con la boca en pico hacia el filo de la otra aldea hermana, a Pueblo Viejo, y responder: Porque aquí están los primeros asentamientos de los mukus-aricaguas.
Hato Viejo sigue siendo tierra de todos y de nadie, como si un enigma proveniente del "Encanto" del Picacho, lo hubiese predestinado desde siempre y para siempre. Aldea que sigue soñando en ser pueblo, tal como lo predijeron los abuelos nuestros, cuando colocaron la primera piedra en la "cepa" de la que sería la futura y actual capilla, cuando apenas existía al rededor no más que la Casota de la Escuela.
Dos miradas de una misma realidad
El asombro por la pérdida de nuestra foresta es grande,
en apenas 50 años.
Lo que nos hace surgir la gran pregunta:
De seguir a este ritmo
¿qué irá pasar con nuestros humedales 50 años después?
A pesar de todo nuestra Madre Tierra,
esa que nos sostiene, amamanta y nos cobija embrionariamente,
tiene en sí la gran promesa de su Creador:
hacer brotar la vida y cuidarla.
Por lo que nuestro suelo es sagrado,
el único santuario.
Promesas a "San Gregorio Hernández"
Con avío de tungas y mucha devoción, por los caminos posiblemente milenarios, se sube hasta la Capilla de "San Gregorio Hernández", ubicado en el páramo, conocido antiguamente como el Cupiz, ahora "San Gregorio".
Desde muy antiguo, a finales del siglo XIX o a principios del XX, en este lugar existía una pequeña cruz a orillas de la pica, en recuerdo a algún caminante caído por el cansancio y el frío.
Con la aparición del venerable José Gregorio Hernández, un viajero desconocido dejó junto a la cruz, bajo la protección de una teja, una estampa del Venerable que pasos de escoteros y recuas se fue convirtiendo en un lugar de extraordinaria devoción.
Hacia mediados del siglo XX don Teófilo Sosa ofreció llevar una imagen grande del Venerable José Gregorio Hernández que para los altares del pueblo ya era todo un Santo.
Posiblemente esta casa ubicada en la Becerrera, Hato Viejo, cerca de la quebrada de El Oro, haya sido una de las primeras viviendas de tapia y tejas construida por los fundadores. Allí nacieron y se criaron tres generaciones en línea sucesiva, provenientes del tronco genealógico Escalona Plaza.
"La casa de los Escalonas", además de ser una vivienda y hogar, era un lugar de obligada referencia. En la primera generación, por los cultivos de granos y las cosechas de café, se convocaban de manera espontánea numerosas peonadas provenientes de diversos lugares circunvecinos. La familia Escalona Plaza, constituida por once hijos, llegó a ser la casa por excelencia de la fiesta y la algarabía, pues de entre ellos salieron los mejores músicos y cantores, cuando no se conocía otro instrumento más que el violín y el guitarro. En la generación siguiente pasó a ser casa de bodega, en donde los negociantes de las tierras frías acudían para hacer sus cambalaches. Por lo que "La casa de los Escalona", también era casa de posada, además de centro de diversión en todo tiempo, pero de manera especial en diciembre y Semana Santa.
Allí empollaron al Tony, como parte de la tercera y última generación.